El Intenso Mundo del Motocross
Es frecuente la confusión entre el motocross y el motociclismo, cuando en realidad se trata de dos disciplinas que guardan relación mutua pero que no pueden considerarse sinónimos.
En efecto, el motocross es una de las vertientes del motociclismo, en una correlación paralela a la que existe entre el rally y el automovilismo. En la práctica del motocross se recurre a los recorridos en circuitos que se caracterizan por no encontrarse pavimentados y que, por el contrario, se encuentran repletos de irregularidades.
La meta de las competencias de motocross consiste en reunir la necesaria velocidad para superar a los rivales con la habilidad suficiente para controlar la motocicleta en un terreno agreste y repleto de montículos y depresiones. Como consecuencia de estas propiedades del circuito, los derrapes, vuelcos y saltos acrobáticos son un componente clásico de las carreras de esta actividad.
Como disciplina deportiva, el motocross demanda un notable grado de entrenamiento somático y mental, con importantes niveles de coordinación y una alta capacidad de resistencia física. Sólo mediante un estímulo y firmeza constante del tren motor superior y de la musculatura del tronco y la región paraespinal es posible mantener el tono muscular apropiado para tolerar la aceleración en los circuitos que forman los certámenes de nivel internacional.
Las competencias reguladas por las normativas internacionales incluyen distintas categorías tabuladas sobre la base de la edad de los pilotos y la potencia de los motores en términos de la cilindrada. El supercross es una variedad especial de este deporte, que se celebra en terrenos armados dentro del marco de un estadio, pero con estructura, disponibilidad y niveles de competencia que se comparan con el motocross clásico. En estos casos, se modifican las irregularidades del terreno para disminuir el riesgo de lesiones accidentales.
Foto: Webpark
Deja una respuesta