Halterofilia en Personas con Discapacidad
Acaso la halterofilia (levantamiento de pesas o powerlifting, como se lo conoce en la jerga deportiva) constituye una de las demostraciones de mayor contundencia entre las distintas disciplinas físicas. A pesar de muchos preconceptos, la halterofilia puede ser practicada por numerosos atletas con capacidades diferentes, incluyendo personas con amputaciones en los miembros inferiores o con lesiones del cordón medular.
La adaptación por excelencia del levantamiento de pesas para los individuos con capacidades diferentes es el denominado press de banca. En esta estrategia, el participante se ubica en decúbito dorsal, con eventual inclinación a treinta o cuarenta y cinco grados, y se intenta el clásico ejercicio de movilización de alto peso mediante la fuerza del tren motor superior. En consecuencia, sólo se requiere la capacidad de la extensión completa de los brazos. En el caso de los deportistas con movimientos involuntarios o fenómenos espásticos de los miembros inferiores, es posible la fijación de las piernas a la banca para evitar alteraciones en el ejercicio.
El entrenamiento en general no guarda diferencias en las personas con discapacidad que practican halterofilia, con los entendibles ajustes en relación con la vigilancia de las prescripciones médicas para cada deportista en particular. La hidratación y el calentamiento precompetitivo se asemejan a los recomendados para otros individuos que forman parte de esta disciplina.
Es interesante destacar que esta forma de levantamiento de pesas ha sido incorporada como disciplina paraolímpica en los Juegos de Tokio de 1964, pero sólo se admitió la participación de varones. En los Juegos de 2000, este deporte se incorporó a las estrategias deportivas para mujeres.
Imagen: Universidad Camilo José Cela
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