Prevenir la Muerte Súbita

La muerte súbita es uno de los grandes temores que rodean a la práctica deportiva, dado que suele manifestar en individuos jóvenes y, hasta ese momento, aparentemente sanos. Cada uno de los casos que adquieren mayor notoriedad (en especial en los partidos de alta competencia de fútbol) motiva centenares de comentarios y de circunstancias de gran incertidumbre.

Debe mencionarse que, en el marco de la actividad física recreativa, la muerte súbita tiene en realidad una incidencia muy baja y, en muchos casos, es posible su prevención con estrategias relativamente simples. En niños y adolescentes, entre las causas más comunes se incluyen las arritmias (taquicardia ventricular, displasia arritmogénica del ventrículo derecho, síndrome de Brugada), las cuales contraindican en realidad la práctica de ejercicio no controlado. Sin embargo, el principal agente causal es la miocardiopatía hipertrófica, que consiste (en lenguaje sencillo) en un agrandamiento inapropiado de los diámetros cardíacos, asociada con una reducción importante al flujo de salida de sangre hacia la arteria aorta y, por ende, un alto riesgo de hipoperfusión cerebral y de las propias coronarias que nutren al corazón.

Se estima que la prevalencia de miocardiopatía hipertrófica en la población general es de 0.2%, por lo cual en promedio afecta a una de cada 500 personas. En el caso de los deportistas competitivos, la afección puede detectarse mediante la exploración cuidadosa de los antecedentes (suele haber casos familiares), el examen médico, el electrocardiograma y la ecocardiografía.

En consecuencia, mediante pruebas simples y poco costosas, resulta posible discriminar correctamente a los deportistas aficionados y profesionales que se encuentran con un mayor riesgo de esta grave complicación. Por lo tanto, se dispone de estrategias preventivas para reducir la probabilidad de muerte súbita en los más variados ámbitos de la práctica deportiva.

Imagen: Blog de Farmacia