Deporte y VIH
La infección por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) constituye una de las epidemias más importantes del siglo XXI. A pesar de la gran difusión que ha alcanzado esta enfermedad, no existen muchos estudios en los cuales se haya analizado la repercusión de la práctica deportiva sobre las personas que viven con VIH. No obstante, un grupo de investigadores brasileros demostró que, como ocurre con muchas otras dolencias, el deporte representa una verdadera estrategia de tratamiento para muchos de estos pacientes.
Según un trabajo publicado en el reconocido Journal of Sports Medicine and Physical Fitness, un programa de ejercicios indicado durante doce semanas logró la optimización de la fortaleza de los miembros inferiores y una reducción del promedio de la frecuencia cardíaca, con mejoría objetivo del rendimiento físico. El plan de ejercitación incluyó tanto un componente aeróbico (treinta minutos) como entrenamiento de resistencia (cincuenta minutos) y de flexibilidad (diez minutos), en una modalidad de tres sesiones por semana.
Todos los participantes recibían un tratamiento específico antiviral para la enfermedad. De acuerdo con los investigadores, el ejercicio se asoció también con una tendencia no significativa pero favorable al incremento de los linfocitos T CD4 positivos, que se consideran uno de los principales componentes del sistema inmunitario.
Al igual que en muchas otras enfermedades, el deporte no sólo constituye un elemento útil para mejorar la calidad de vida y los aspectos sociales y afectivos, sino que se vincula con otros efectos beneficiosos que exceden al del mejor rendimiento físico. En las personas que viven con VIH, la actividad deportiva ofrece grandes ventajas con muy bajo riesgo y debería considerarse como un hábito favorable del estilo de vida.
Imagen: El Mundo
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