El Uso de Canilleras en el Fútbol
La protección del deportista es tan importante como los beneficios que la propia actividad física brinda a la salud física, al rendimiento cognitivo y al bienestar general de quienes practican ejercicios.
En este contexto, se debe hacer énfasis en el uso de canilleras para la mayor seguridad de las personas que disfrutan de la práctica amateur o profesional del fútbol en sus distintas variantes, incluyendo al fútbol sala y otras disciplinas paralelas como el showball.
A raíz de las características propias de estos deportes, la región tibial de los miembros inferiores se encuentra ampliamente expuesta al riesgo de colisiones contra el circunstancial rival. Los materiales plásticos de alta resistencia con los cuales se elaboran las canilleras actuales permiten una absorción relativamente intensa de la fuerza aplicada al impacto. Por lo tanto, aunque no permiten evitar el dolor generado por el traumatismo, logran disminuir de forma relevante el riesgo de lesiones tendinosas, musculares y, sobre todo, óseas que deparan del devenir del juego.
Estos productos plásticos, recubiertos en general con pinturas de alta calidad, pueden higienizarse con agua y detergentes neutros, con la salvedad del secado rápido. Si es necesario, toleran una dilución al medio de las formulaciones comerciales de lejía (hipoclorito de sodio) sin mayor riesgo de daño estructural.
El uso de esta medida de protección incluye también a los porteros, a pesar del menor riesgo de fricción contra los adversarios. Del mismo modo, los niños y las mujeres que practican fútbol deben emplear canilleras, para impedir alteraciones óseas que puedan dejar consecuencias deletéreas para el futuro mediato y diferido. En el caso de los menores de 13 años, la incomodidad inicial que caracteriza al uso de estos equipos de protección suele reducirse en forma progresiva con el paso de los entrenamientos y los sucesivos partidos.
Imagen: White Tigers
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