El Vértigo del NASCAR
El NASCAR constituye una de las disciplinas de automovilismo más conocidas en el mundo entero, pese a que se la asocia en forma casi sistemática con los circuitos de carrera de los Estados Unidos.
De hecho, la sigla NASCAR corresponde a National Association for Stock Car Auto Racing, cuyo equivalente en nuestra lengua es "Asociación Nacional de Carreras en Automóviles de Serie". Como ocurre en otros circuitos de las mismas características, la escena se encuentra dominada por Ford y Chevrolet, con sus respectivos modelos Mustang e Impala. Sin embargo, la creciente participación de Toyota y Dodge ha motivado la aparición de nuevos fanáticos que disfrutan de estas apasionantes carreras.
Acaso los datos distintivos de los circuitos de NASCAR consisten en el desempeño en pistas cerradas en forma de óvalo, por un lado, y el uso habitual de los denominados automóviles de serie (stock car, para los sajones), esto es, casi idénticos al diseño convencional surgido de la fábrica. De todos modos, para mejorar la seguridad del piloto y mejorar la competitividad, en la actualidad se aplican estándares específicos para la categoría.
Probablemente el circuito más reconocido a nivel global es del de Daytona, conformado sobre un óvalo que permite el recorrido final de 500 millas (900 kilómetros totales), en tramos de cuatro kilómetros por vuelta. El comentario adicional para las carreras de Daytona es su elevada pendiente en la curva, que supera los veinticinco grados, lo que asegura carreras a muy alta velocidad.
Por fuera de los Estados Unidos, esta variante vertiginosa del automovilismo ha comenzado a seducir a canadienses y mexicanos, quienes disponen en ambos casos de sus propias divisionales nacionales y regionales, con gran cantidad de fanáticos y aficionados locales.
Foto: TV Perú
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