La Violencia en el Deporte Blanco
Si bien el tenis ha sido llamado el deporte blanco como consecuencia, entre otras cosas, de su reconocido glamour, son destacados los ejemplos de varios tenistas de primer nivel internacional quienes, a raíz de su carácter temperamental, han marcado la historia de esta actividad por su conducta inapropiada en la cancha.
A esta lista se ha sumado recientemente David Nalbandian, conocido integrante del equipo argentino de Copa Davis, quien, en un rapto de verdadero mal genio, terminó hiriendo a un árbitro asistente en la final del torneo de Queens, en Londres, en la cual enfrentaba al croata Marin Cilic.
Sin embargo, la nómina de iracundos profesionales que alguna vez fueron sancionados por mala conducta incluye elementos destacados como el colosal André Agassi, el ex número uno del mundo Gustavo Guga Kuerten, el notable tenista chileno Marcelo Ríos, Jim Courier y Stefan Koubek, por sólo nombrar algunos. Estos referentes del tenis internacional han manchado sus carreras con distintos actos de indisciplina, como los lanzamientos de raquetas contra el suelo (o contra los jueces…), insultos, burlas, gestos o vocabulario obscenos, protestas varias, entre otros. No obstante, el verdadero referente del mal carácter en el mundo del tenis ha sido el formidable John McEnroe.
En efecto, Big Mac contabiliza en su haber la friolera de 77 títulos individuales y lideró el ranking mundial durante más de 150 semanas. A pesar de semejante palmarés, fue sancionado y descalificado en distintas ocasiones e incluso le tocó “inaugurar” el nuevo código de conducta de la ATP cuando, en enero de 1990, discutió airadamente con los jueces y rompió su raqueta en pleno choque con Mikael Pernfors por la edición del Australian Open de ese entonces.
Más allá de la calidad indudable de estos atletas, la preservación de las actitudes deportivas es su mejor mensaje para las nuevas generaciones de aficionados y profesionales.
Imagen: Greenobles
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