¿Boxeo en Niños y Adolescentes?

El boxeo como actividad deportiva para niños y adolescentes representa un motivo de arduo debate desde las últimas décadas, pese a lo cual la práctica de esta disciplina entre los menores de 18 años se ha incrementado en todo el mundo en tiempos recientes.

Tanto en las naciones no industrializadas como en los países desarrollados, el boxeo infantil y juvenil ha encendido polémicas, en función del riesgo de lesiones faciales y óseas en una población en la cual el crecimiento continuo puede verse vulnerado o afectado por fracturas, traumatismo y otras consecuencias.

Asimismo, el potencial daño cerebral vinculado con los impactos sobre el cráneo se ha asociado con la aparición de deterioro cognitivo en sujetos jóvenes, en el marco de la denominada demencia pugilística, relacionada a su vez con la inducción de manifestaciones similares a la enfermedad de Parkinson.

No obstante, los instructores y promotores del boxeo infantil y juvenil señalan que las medidas de protección actuales reducen sensiblemente la posibilidad de lesiones graves, mientras que consideran que otros deportes, como el rugby, se correlacionan con un mayor riesgo de complicaciones críticas e incluso mortales.

A estos aspectos puramente sanitarios debe agregarse el fenómeno social y económico que rodea a la práctica del boxeo, ya que muchos jóvenes incursionan en el mundo del pugilato procediendo de familias de muy escasos recursos, con el objetivo de intentar trascender desde el punto de vista financiero. Esta estrategia es particularmente más notoria entre los boxeadores de naciones pobres, quienes creen ver en este deporte un camino para optimizar su calidad de vida en los aspectos materiales inmediatos. Sin embargo, los riesgos parecen superar a los beneficios, en especial en aquellos jóvenes que alcanzan un elevado nivel de deterioro personal y mental a edades muy precoces.

Imagen: La Verdad Única