Campeones... ¿Nacen o se Hacen?
Es claro que el desempeño de los grandes deportistas profesionales es el resultado final de la asociación de distintos factores concurrentes. Estas variables (algunas de ellas conocidas y otras en realidad por definir) interactúan entre sí de una manera muy compleja. Con el nacimiento y expansión de las ciencias del deporte, se ha propuesto que el desempeño de los más destacados aparece como una combinación de factores innatos y del entrenamiento intenso.
Sin embargo, la posibilidad de definir cuál es la repercusión de los factores genéticos (¿se nace campeón?) o del entrenamiento (¿un campeón se hace?) resulta todavía muy difícil. Si se dispusiera de la capacidad para discernir el peso de unas u otras variables, parecería sencillo identificar rápidamente a los más talentosos e, incluso, distribuir de mejor manera los recursos financieros en los programas de entrenamiento.
Ante estas preguntas han surgido numerosas respuestas e hipótesis, como las elaboradas por los expertos en ciencias del deporte dela Universidad del Cabo (Sudáfrica), quienes sostienen que, a pesar de la gran importancia de la alimentación, el entrenamiento y otras variables similares, ninguno de estos factores pueden por sí mismos dar lugar a un verdadero deportista de elite. Por el contrario, aseguran que los umbrales del rendimiento individual están determinados genéticamente. De hecho, creen que el entrenamiento es en realidad una manera de definir y optimizar las características genéticas innatas del futuro deportista.
Si bien estos conceptos están sujetos a debate, la herencia parece predominar sobre todos los factores ambientales a la hora de convertir a quienes se inician en actividades físicas y deportivas en reales atletas profesionales de alto rendimiento.
Imagen: Actualidad Universitaria
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