Deporte y Tabaco: Enemigos Declarados
Los peligros del consumo de tabaco se reconocen en todas las personas que fuman cigarrillos, pipas o cualquier otro elemento similar. Entre los riesgos más reconocidos se mencionan el cáncer (pulmonar, cutáneo, vesical y un largo etcétera) y la disfunción coronaria.
Estos signos de alarma se hacen particularmente más elevados cuando se trata de personas que efectúan ejercicio físico o actividades deportivas. Se reconoce que el mantenimiento de un adecuado rendimiento cardiovascular depende de la salud de las coronarias, esto es, de las arterias que nutren al propio corazón. Los deportistas y las personas que realizan ejercitación en forma sostenida y activa se caracterizan por un aumento de la masa muscular cardíaca, por lo cual el consumo de oxígeno es un elemento decisivo.
Al fumar, las coronarias reducen su calibre, por la acumulación y formación de sustancias en la pared de la arteria (aterosclerosis). De esta manera, la cantidad de oxígeno y nutrientes que llegan al corazón se reduce, con mayor riesgo de angina de pecho, infarto, arritmias o muerte súbita en el contexto del esfuerzo físico y deportivo.
El deporte, como contrapartida, suele ser uno de los recursos que permiten a los fumadores intentar abandonar el tabaquismo. Al notar un progresivo aumento del rendimiento físico, estas personas perciben una menor compulsión por el tabaco. Estos resultados son más destacados cuando se trata de actividades deportivas que se realizan junto con otras personas o integrando equipos.
De esta manera, el deporte puede ser útil como ejemplo y como herramienta de tratamiento, al estimular un estilo de vida más saludable y lograr que muchos fumadores intenten interrumpir este hábito lesivo en forma definitiva.
Imagen: Gallo Stuff
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