El Cloro de la Piscina y el Riesgo de Asma

Según ha informado el reconocido portal Medscape, los nadadores competitivos que se desempeñan en grandes piscinas de interiores con aguas cloradas tienen cambios pulmonares que se asemejan a los informados en individuos con asma leve.

Esta conclusión es el fruto de un estudio en el cual participaron 23 nadadores de elite de origen canadiense de alrededor de 21 años de edad, que fueron comparados con un grupo de edad similar de sujetos asmáticos y no asmáticos.

Según el informe, las muestras de tejido pulmonar de los nadadores presentaban un aumento significativo de ciertos elementos celulares que resultan típicos de los individuos con asma, como los eosinófilos y las denominadas células cebadas. Según expertos que no participaron del estudio, estos datos demostrarían por primera vez el riesgo de daño respiratorio secundario a la natación en piscinas cloradas, aunque se reconoce que no se dispone de pruebas fehacientes de que estas personas puedan evolucionar al asma en un futuro. De hecho, los nadadores que participaron de este análisis no presentaban espasmo bronquial u otras manifestaciones clásicas del asma durante la realización de este protocolo.

No debe olvidarse que, más allá del poder desinfectante del cloro, este producto puede reaccionar con sustancias químicas de la orina, el pelo o el sudor, para dar lugar a ciertos subproductos clorados muy volátiles que escapan hacia el aire situado por encima del nivel de agua de la psicina.

Entre las precauciones que los autores recomiendan a los deportistas, se proponen evitar las piletas con intenso olor clorado ambiental, así como el estricto respeto por las normas de higiene, entre la cuales sobresale tomar una ducha en forma previa a la inmersión en la piscina.

Imagen: El Depornauta

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