Motonáutica: un Deporte Apasionante
Los deportes acuáticos han presentado un crecimiento exponencial en los últimos dos decenios, como consecuencia de los mayores avances técnicos y de la reducción relativa de los costos de acceso tanto a las nuevas tecnologías como a los espacios necesarios para la práctica.
En efecto, se requiere de un volumen hídrico abundante para la práctica no sólo de todas las actividades reguladas por la Federación Internacional de Natación (saltos ornamentales, waterpolo y todas las formas competitivas de natación: sincronizada, en piscinas o en aguas abiertas), sino también de la nueva generación de tareas deportivas que pueden llevarse a cabo en el medio acuático.
Además de las disciplinas con mayor historia, como el esquí acuático o el surf, vale mencionar en esta categoría a actividades deportivas de gran historia olímpica, como el remo o la vela, y otras formas menos convencionales, como el piragüismo o el kayak en aguas torrentosas.
Sin embargo, el deporte acuático estrella está representado por la motonáutica, disciplina compleja, de alto riesgo y sujeta a estrictas normas de regulación en todo el mundo. Tanto a nivel recreativo como en el ámbito profesional, este deporte ha evolucionado en forma pareada a las nuevas tecnologías, con motores cada vez más poderosos y lanchas adaptadas para una mayor seguridad, en especial para su uso en el mar o en aguas fluviales de gran caudal. Más allá de demostrar destreza y placer en el deporte acuático, se ha considerado a los equipos náuticos como los vehículos motorizados con menor efecto contaminante para el medio ambiente. Se destaca que las motos de agua más recientes se asocian con una menor polución sonora, debido a la aplicación de silenciadores de última generación.
Por lo tanto, la motonáutica es un deporte apasionante, ecológico y caracterizado por una elevada cuota de adrenalina para quienes lo practican y para quienes lo disfrutan desde las orillas.
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